martes, 20 de marzo de 2007

ALAS DE LIBERTAD

ARTICULO PUBLICADO EN LA REVISTA FOX SPORTS DE OCTUBRE DE 2006


EL PARAPENTE ES UN DEPORTE ATRAPANTE, ACCESIBLE Y SE PUEDE PRACTICAR SIN CONOCIMIENTOS PREVIOS DE LA MANO DE UN PROFESIONAL. UNA ALTERNATIVA DISTINTA PARA VOLAR CON BAJOS RIESGOS.

Los orígenes del parapente se pueden remontar al antiquísimo deseo del hombre de volar. Icaro, Leonardo Da Vinci, los paragüeros de Ourense, los hermanos Wrigth y Otto Lilentahal son algunos de los que trabajaron por este sueño. O un tal Plazt, que en 1922 hizo una especie de vela no rígida con control aerodinámico sobre superficies de tela. También Francis Rogallo, que patentó numerosas cometas que fueron un poco el germen de esta y otras disciplinas.
El parapente es un ala comandable, flexible, realizada en tela que sólo necesita un flujo de aire adecuado para que el piloto configure su perfil aerodinámico y ambos puedan desplazarse en el aire. La condición meteorológica es uno de los factores determinantes. Posee poco peso y, al estar confeccionado en tela, puede ser trasladado en una mochila por una persona. Por sus características, es definido como un planeador ultraligero flexible. Planeador por que es una aeronave más pesada que el aire y no necesita motor, sino que aprovecha la energía de la gravedad y la resistencia del aire para volar. Ultraligero por que pesa menos que el piloto que lo conduce; y flexible, porque carece de estructuras rígidas.
“La técnica es relativamente sencilla, y sólo exige un poco de autocontrol. Es imprescindible realizar un curso de iniciación, que se compone de nociones teóricas y prácticas, a fin de que el novato se familiarice con el deporte, el equipo y el clima”, explica Mariano Insua, instructor de la escuela Parapente de Sur (parapentesur@yahoo.com.ar) de Argentina, y uno de los pioneros en la práctica de esta disciplina en América Latina. “Además, no se necesita una condición física especial para practicarlo”, agrega.

Los primeros vuelos en parapente fueron realizados en 1978 en las empinadas laderas de la Alta Saboya, Francia. Paralelamente se empiezan a adquirir conocimientos del aire y de micro-meteorología con lo que la duración y la distancia de los vuelos aumentaron de forma espectacular. Actualmente, el récord del mundo es de 330 kilómetros. “Para volar en parapente se buscan las corrientes de aire ascendentes. Las más comunes son las mecánicas o dinámicas, fruto de las obstrucciones del viento, y las térmicas, nacidas de las diferencias de temperatura”, detalla Insua.
El vuelo de bautismo es una alternativa para “pasear” por el aire acompañado de un instructor y sin necesidad de tener conocimientos previos. Los equipos son extremadamente seguros y están pensados para gente común. “Las técnicas de enseñanza se han depurado y el parapente es una forma sencilla y económica de volar y de estar en contacto con la naturaleza. Es, además un estilo de vida”, define Insua.
Practicar parapente es volar como las aves y sentir una emoción única. Ver el cielo más profundo y escuchar un silencio encantador. Una hermosa posibilidad para cumplir ese sueño ancestral de volar y ser parte del cielo.

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