jueves, 20 de noviembre de 2008

EL HOMBRE DE ACERO

ENTREVISTA PUBLICADA EN LA REVISTA FOX SPORTS EN NOVIEMBRE DE 2008


EL KICKBOXING COLMÓ DE GENTE AL GLORIOSO LUNA PARK, CON JORGE ‘ACERO’ CALI COMO FIGURA CENTRAL, TANTO ARRIBA COMO ABAJO DEL RING. EL CAMPEÓN DEL MUNDO DE LA WKN HABLÓ SOBRE EL PRESENTE Y EL FUTURO DE ESTE DEPORTE EN ARGENTINA.

Los deportistas que tienen un perfil alto suelen ser polémicos. Jorge ‘Acero’ Cali no es la excepción. El campeón del mundo de la World Kickboxing Network (WKN) le abrió las puertas de su vestuario a la revista Fox Sports para que lo acompañe antes, durante y después de su última presentación, el viernes 24 de octubre, en el Luna Park ante alrededor de seis mil espectadores y con la televisación de Fox Sports para toda América.
Cali arribó al mítico estadio de la calle Bouchard a las 21.45, cuando la arena ya ardía con combates que despertaban el fervor de los aficionados. Desde que ingresó al camarín número 64, la puerta nunca se cerró. Los colaboradores entraban y salían tanto como los periodistas, los camarógrafos y los allegados. ‘Acero’ parecía más concentrado en la organización del evento que en su combate contra el brasileño Ademar ‘Marreta’ Correa. “¿Hay gente? ¿Cómo la está pasando? ¿Quién ganó?”, preguntaba frecuentemente. Incluso en un momento un colaborador de Correa se acercó a buscar guantes de látex y él mismo se encargó de que se los consiguieran. Es que Cali, además de ser el peleador más conocido de este deporte en la Argentina y en Latinoamérica, también es el promotor, a través de la empresa Megaboxing Sports, de los festivales. Se encarga, además de subir al ring, de programar las peleas, de atender a la prensa, de la promoción y de la producción general, entre otras cuestiones organizativas. “Es mi trabajo saber si la gente está cómoda y viendo un buen espectáculo. Cuando arrancamos con esta movida del kickboxing, hace poco más de cinco años atrás, estaba más pendiente de la preparación física y de dar mucho más show en la pelea. Ahora busco algo más contundente. Sé que estamos haciéndole el camino a todos los deportistas que vienen trabajando muy desprolijos y dispersos. Con una organización seria como la WKN hemos encontrado una autopista para que puedan soñar con un título del mundo”, cuenta ‘Acero’, que tiene 37 años y practica artes marciales desde los cinco.
Cali hizo su aparición en el Luna Park bajo una lluvia de papelitos plateados y cubierto de humo, agregándole más color al evento. Su combate estuvo precedido por otros de gran nivel que entusiasmaron al público. Sin embargo, ‘Marreta’ Correa no estuvo a la altura de sus antecedentes. Después de un low kick de Cali en su pierna izquierda, el brasileño no quiso seguir. Se fue rápido del estadio y sin hacer declaraciones.
El kickboxing está creciendo mucho en los gimnasios barriales de la Argentina. Cada uno de los peleadores convoca a un grupo nutrido de gente que los acompaña sufriendo y gozando a la vez, de acuerdo a las alternativas de los combates. También hay gran cantidad de fanáticos de otros deportes de contacto, por ejemplo los del boxeo, que se sienten atraídos por el show que se monta alrededor, que incluye televisación directa, lujuriosas promotoras y un atractivo marco de público.
El antes y el después de cada pelea se refleja con intensidad en los rostros inflamados y en los cuerpos morados de los participantes. En general, quienes se acercan al kickboxing lo hacen después de haberse formado en otras artes marciales buscando ‘algo más’. El mismo ‘Acero’ Cali se destacó en el tae kwon do y llegó al kickboxing buscando un deporte más contundente.
En el evento estuvo presente el francés Stephane Cabrera, presidente de la WKN, quien tiene la intención de que ‘Acero’ realice algunas peleas en Europa el año próximo. Allí tendría la posibilidad de medirse con los mejores peleadores del mundo.
Pero Cali, más allá de tener una carrera deportiva abierta, sigue haciendo foco en el desarrollo del kickboxing en la Argentina y en Latinoamérica. Así lo demuestran sus palabras.

–¿Qué objetivo tenés como empresario y promotor de kickboxing?
–Fui el primero y no quiero ser el último. Lo que pretendo es que este deporte siga creciendo, hacer más cantidad de eventos en vivo y que se puedan transmitir a toda Latinoamérica. Tenemos aficionados en México, Chile, Ecuador y Venezuela. Eso lo marca la pantalla de Fox Sports, cuando vemos el rating.
–¿Cómo está visto el kickboxing argentino a nivel mundial?
–No estamos mal. Tenemos un director deportivo, Fernando Muñoz, que se encarga de poner a punto a cada peleador, más allá de que cada uno tiene su profesor. No tenemos un mal nivel. Hace poco viajaron a Tolouse, Francia, tres peleadores: Cristian Bosch, Pablo Roa y Maxi Rodríguez (los tres estuvieron en el Luna Park) e hicieron un muy buen papel. Lo que sucede es que allá son profesionales y entrenan para vivir de esto. En Argentina eso todavía no es posible.


UN EX CAMPEÓN DEL MUNDO EN EL RINCÓN
Entre todos los colaboradores que asisten a Jorge ‘Acero’ Cali hay uno que se destaca sobre los demás. Se trata de Marcelo Fabián Domínguez, ex campeón mundial crucero del Consejo Mundial de Boxeo, quien acompaña a Cali por todos lados desde 1998. No sólo lo venda y lo asiste en el rincón, sino que además es su técnico de boxeo.
El fenómeno del kickboxing en Argentina no es nuevo para el ‘Gordo’ Domínguez. “Mucha gente a la que le gustaba el boxeo se acercó al kickboxing porque brinda más show y se ha transformado en un espectáculo. El boxeo no lo es y por eso perdió gente”, comenta con un poco de resignación el ex campeón.

jueves, 6 de noviembre de 2008

EL DEPORTE COMBATE A LA DIABETES


ES UNA ENFERMEDAD QUE CADA VEZ PADECEN MÁS PERSONAS, PERO EL DEPORTE Y LA ACTIVIDAD FÍSICA SON FORMAS DE COMBATIRLA. INCLUSO, HAY CASOS DE DIABÉTICOS QUE SE HAN CONVERTIDO EN FIGURAS DEL BÁSQUET Y DEL FÚTBOL, POR EJEMPLO.

La diabetes es un desorden del proceso que se encarga de convertir los alimentos que se ingieren en energía, es decir, del metabolismo. Y la insulina es el factor más importante en todo este proceso. Se trata de una hormona segregada por el páncreas, una glándula ubicada detrás del estómago.
Contrariamente a lo que muchos todavía creen, esta enfermedad no es un impedimento para ser deportista profesional. Tomando los recaudos pertinentes, es posible practicar con éxito cualquier disciplina. Hasta tal extremo que se pueden encontrar diabéticos en todos los deportes de alto nivel competitivo, y muchos con rendimientos realmente notables.
A Chris Dudley le diagnosticaron diabetes a poco de cumplir los 16 años, pero eso no le impidió jugar “nada más” que 14 temporadas en la NBA, incluyendo casi mil partidos, una final y playoffs con equipos de cinco franquicias diferentes. Desde hace años preside una fundación para ayudar a los niños que padecen diabetes. Otro basquetbolista destacado es Adam Morrison, alero de los Charlotte Bobcats.
Steve Redgrave fue un notable remero en las décadas del ‘80 y ‘90. Pero la dimensión de su hazaña no se limita solamente a este deporte: consiguió cinco medallas de oro en cinco Juegos Olímpicos consecutivos, desde Los Angeles 1984 hasta Sydney 2000, además de una de bronce.
Está considerado uno de los más grandes atletas olímpicos. También se probó corriendo maratones, siempre prestando mucha atención a su diabetes.
Del mismo modo se puede mencionar al nadador estadounidense Gary Hall, ganador de 5 medallas de oro olímpicas, a los golfistas Kelli Kuehne y Michelle McGann y al beisbolista Jason Johnson, todos del mismo país. También son destacables los casos del polista argentino Ignacio Heguy y los jugadores de football americano Jay Leeuwenburg, a quien le detectaron diabetes a los 12 años, y Jay Cutler.
Este último tiene 25 años y es mariscal de campo de los Denver Broncos: ha sido diagnosticado con diabetes del Tipo 1, según confirmó su representante Marty Garafalo. Por su condición, necesitará inyecciones diarias de insulina y, según explicó el vocero, “su enfermedad de ninguna manera pone en peligro su carrera deportiva”.
Los casos de los jugadores de football americano demuestran que la enfermedad no fue impedimento para practicar un deporte rudo, de máxima exigencia física. Lo mismo ocurre en el hockey sobre hielo, una actividad violenta que precisa de atletas en su plenitud. Así fue como lo practicó Bobby Clarke, miembro del Salón de la Fama de Hockey. Otro ejemplo a seguir.
En el fútbol también hay casos. Diego Armando Maradona es el diabético más famoso, aunque no es insulinodependiente.
El hispano marroquí Yaagoubi Moha es insulinodependiente y hace poco fichó para la Real Sociedad de San Sebastián, después de haber pasado por el Espanyol de Barcelona y el Osasuna de Pamplona, todos de alta competencia.


LA INSULINA
Durante la digestión, los alimentos se descomponen para crear glucosa, la mayor fuente de energía para el cuerpo humano. Esta glucosa pasa a la sangre, donde la insulina le permite penetrar en las células.
Lo que les sucede a las personas que tienen diabetes es la falla de alguno de los componentes del sistema: el páncreas produce escasa insulina o directamente no lo hace (es la llamada diabetes Tipo I); o las células del cuerpo no responden a la insulina que se produce (diabetes Tipo II).
El tipo I también es llamada ‘diabetes juvenil’ porque aparece frecuentemente durante la infancia, aunque también puede detectarse en adultos.
Quienes la padecen (menos del diez por ciento de los diabéticos) deben inyectarse insulina para poder vivir, dado que el cuerpo no la produce. El tipo II se da en adultos, generalmente después de los 40 años. En este caso, el cuerpo sí produce insulina, pero ésta no acompaña a la glucosa hasta el interior de las células.

LOS BENEFICIOS DEL DEPORTE
Este problema provoca la concentración de la glucosa en la sangre, de forma que el cuerpo se priva de su principal fuente de energía. Los altos niveles de glucosa en la sangre pueden dañar los vasos sanguíneos, los riñones y los nervios. La diabetes es una enfermedad crónica y, hasta el momento, incurable.
Años atrás se cuestionaba la indicación de realizar ejercicio físico a los diabéticos. Sin embargo, actualmente la mayoría de los especialistas en la materia lo considera como una de las mejores vías para prevenir y combatir esta patología.
“La actividad física es uno de los sostenes de la salud del diabético”, afirma la licenciada Patricia Pereyra, docente de biomecánica y fisiología de la Fundación Barceló, institución argentina dedicada a las ciencias de la salud. “Las otras son el control médico y detección de la enfermedad, la dieta y la insulina, si es que son insulinodependientes, agrega.
En 2004, un estudio realizado en Hawaii por la American Journal of Epidemiology, que consistió en seguir durante seis años la evolución médica de 6.800 adultos de edades comprendidas entre los 45 y los 68 años, concluyó que los poco aficionados a practicar deportes tienen el doble de riesgo de padecer diabetes no insulinodependiente que aquellos que practican ejercicio físico.
“Los músculos, para poder contraerse, necesitan usar glucosa como fuente de energía, especialmente si hacemos actividad aeróbica. Esto nivela el azúcar. La actividad física reduce considerablemente los factores de riesgo de contraer diabetes cuando se es adulto”, completa la licenciada Pereyra.
Respecto de los cuidados, la higiene es fundamental: “El deportista diabético tiene que cuidar mucho sus pies. Una pequeña herida en la piel produce gangrenas y las complicaciones pueden llegar hasta la amputación del pie. La higiene y el cuidado con las cicatrizaciones son lo más importante”. Se estima que, con un cuidado correcto de los pies, se podría prescindir de un 75 por ciento de todas las amputaciones en personas con diabetes.
“Se trata de una enfermedad costosa para controlar, ya que los insumos son caros. También es importante que el entorno esté muy informado. Cuando son chicos, para recordarles la aplicación de insulina y que coman cuando les corresponde. En la adultez, para que no se tienten con cosas que no pueden comer”, enfatiza Pereyra.

POSIBILIDADES INFINITAS
Cada año, 7 millones de personas desarrollan diabetes y, de acuerdo a las proyecciones de la Federación Internacional de la Diabetes (IDF), en el año 2025 habrá 380 millones de afectados.
El sedentarismo y la mala alimentación son, entre otras, las causas del incremento del número de diabéticos en todo el mundo, que asciende en la actualidad a 140 millones.
Muchos jóvenes reciben el diagnóstico de su enfermedad con incertidumbre y creen que sus sueños se derrumban, cuando en realidad lo que aparece es un obstáculo importante como cualquier otro de los que se debe enfrentar en la vida.
Ramiro, por ejemplo, tiene 15 años recién cumplidos. Hace apenas dos meses se enteró de que es diabético. “Al principio me angustié mucho y me asusté. Pero con el paso del tiempo me voy dando cuenta de que si soy estricto con la dieta y me controlo adecuadamente, no me limita para nada”, cuenta.
Lo más complicado para él es la ingesta de verduras y vegetales, algo a lo que no estaba acostumbrado. Ramiro practica paddle y se entrena tres veces por semana. Su sueño es ser profesional. También una vez por semana juega al fútbol con sus amigos. El deporte es una parte fundamental de su vida y ahora se ha vuelto imprescindible para su salud.
Un motivo importante por el cual crece el porcentaje de diabetes en los niños es que pasan demasiado tiempo encerrados jugando con videos o navegando en Internet, alcanzando la cumbre del sedentarismo, consumiendo comida chatarra y gaseosas que son la principal fuente de hidratos de carbono.
Sería interesante, antes de darle la razón a las estadísticas, empezar a mover el cuerpo y hacer deportes. No sólo son una caparazón que protege de distintas enfermedades, sino que pueden transformarse en fuentes de vitalidad inagotables. Miles de personas que preservan su salud gracias a ellos, lo garantizan.


194 MILLONES
Son los enfermos de diabetes alrededor del planeta. Para 2025, la cifra trepará a 333 millones.

90 POR CIENTO
El porcentaje de diabéticos que son Tipo 2, es decir que no dependen de las inyecciones de insulina.

6 MILLONES
Las personas que son diagnosticadas con diabetes cada año. ¿Cuántas no saben de su enfermedad?