jueves, 28 de agosto de 2008

DIRIGE LA BANDA

ENTREVISTA PUBLICADA EN LA REVISTA FOX SPORTS EN NOVIEMBRE DE 2006

Los Quirquinchos es una comuna santafesina ubicada a 256 kilómetros de la capital provincial y tiene cerca de tres mil habitantes. Un lugar plácido donde la vida es apacible y todos se conocen. Es, además, el lugar en el mundo de Fernando Belluschi. El pueblo en el que nació y aprendió a patear. Lejos de su casa y de sus afectos, el volante de River añora algunas costumbres de su terruño.

–¿Qué es lo que más extrañás de Los Quirquinchos?
–Fundamentalmente, a mis amigos y a mi familia. Además, la tranquilidad de allá, acá no se consigue, por la cantidad de habitantes y por cómo se vive.
–¿A qué te referís?
–A eso de salir tranquilo por la calle, caminando o en bicicleta hasta la casa de un amigo. O ir a tomar mate a un campito. También jugar al fútbol, o un picadito en cualquier lado.
–¿Cuándo volvés, recuperás eso?
–Sí. También lo de juntarnos con los pibes, jugar un ratito a la pelota y después tomar una gaseosa debajo de los árboles. Ahora más tranquilo que antes, porque soy profesional. La verdad es que eso se extraña tanto como a la familia cuando está lejos.
–¿Cuándo te diste cuenta de que ibas a ser futbolista?
–Siempre quise ser jugador de fútbol. Con el correr del tiempo lo fui tomando cada vez más en serio. Y cuando me quedé en la pensión de Newell’s, me lo puse definitivamente en la cabeza. Acá estoy...
–¿Cuál es tu próximo sueño?
–Primero, lograr el campeonato con River. Y, después, que me llegue la posibilidad de jugar en la Selección Argentina.
–¿En qué plano está esa posibilidad? ¿Te llamó alguien del cuerpo técnico?
–Están la ilusión y las ganas, pero no me llamó nadie. Primero tengo que seguir demostrando, adentro de la cancha, que puedo estar. Pero mi ilusión siempre está.


Por su look, Fernando Belluschi puede ser confundido sin inconvenientes con un músico de rock. Por sus bermudas de jean, su gorrita y su collar de perlitas negras. Por su barba rubia, su bigote escaso y su sonrisa amplia. Pero, fundamentalmente, por su pelo. Esas rastas que le cuelgan desde la nuca le dan un aire de rockero. Son parte de su personalidad, y otra demostración de que no hay relación entre el largo del pelo y la habilidad. La música es, además, otra de las pasiones de Belluschi. Algo que alimenta al espíritu rebelde que exhibe dentro del campo de juego.

–¿Por dónde viene tu gusto musical?
–Me encanta escuchar música. Me gusta todo el rock nacional. Puedo nombrar a La Renga, Los Piojos, Callejeros y la Bersuit entre mis favoritos. Escucho bastante, es algo que disfruto mucho. También me gustan los recitales. Con Guillermo Marino y Luciano Vella tengo muy buena onda, y fuimos a varios en Rosario.
–¿Te gustaría ser músico?
–No podría, porque no estoy hecho para eso, pero a veces me pongo a tocar un poco la armónica para divertirme.
–¿En las concentraciones?
–No, en mi casa. Cuando escucho alguna canción, trato de acompañarla con la armónica. Pero la verdad es que soy bastante malo, jajaja...
–¿Zapaste con algún compañero?
–Cuando estaba en Newell´s, lo hacíamos con el Memo Borghello, que toca la guitarra, y con otros compañeros. Yo acompañaba con la armónica. Siempre, rock nacional. Pero cuando nos separamos fue distinto, y acá en Buenos Aires no soy de tocar.
–¿Preferís el PlayStation o mirar fútbol?
–Un poco de cada cosa. Hay horarios para mirar fútbol y, cuando me quiero relajar un poco, me pongo a jugar un rato para divertirme. Pero es muy bueno ver fútbol y creo que mirando se aprende mucho.
–¿Te gusta la táctica?
–Prefiero observar a los jugadores. Me gusta ver a los que ocupan mi posición y aprovechar para corregir algunos errores que tengo.


Fernando Belluschi dio sus primeros pasos en Atlético Federación, el club de su pueblo. Pudo haber jugado en Boca, pero decidió hacerlo en River. Incluso se llegó a probar en el club de la Ribera cuando era más chico por una posibilidad que le consiguió un amigo del padre, pero aquella vez tampoco se quiso quedar.

–¿Por qué elegiste a River?
–Los dirigentes hicieron un gran esfuerzo y me gustó la idea de venir. El fútbol que se juega acá está más relacionado con mi juego. Y creo que no me equivoqué.
–¿Cambió algo después de la victoria contra Boca?
–Tenemos un poco más de confianza. La teníamos antes también, pero necesitábamos probarnos y ese partido fue la gran prueba de que podemos pelear el campeonato. Eso es lo que queremos y, si hacemos encuentros como ése, tenemos posibilidades de ganarlo.
–¿Qué diferencias y similitudes hay entre un Newell’s-Central y un River-Boca?
–Son parecidos a nivel pasión y en cómo se viven dentro y fuera de la cancha. Pero, como Rosario es más chico, la gente lo siente de otra manera. Acá, al ser tan grande la ciudad, es distinto, porque los hinchas están más repartidos. Yo, adentro de la cancha, siento lo mismo y dejo la vida como siempre.

Su carisma lo convierte en un personaje simpático, capaz de poner a su favor una situación negativa. En 2004, jugando para Newell’s, Belluschi le hizo un gol a Racing con el botín roto. La historia se hizo pública e incluso llegó a posar para un diario mostrando el calzado. Y a la gente de la pipa no le gustó nada la situación. Sin embargo, el final de la historia fue feliz, porque después de eso el jugador firmó un importante contrato con esa misma empresa y, hoy, luce botines de última generación.
Sin llegar a la categoría de ídolo, en Rosario es muy querido. No sólo por el campeonato que ganó con la camiseta leprosa, sino porque, además, aportó goles decisivos en ese torneo. En la ciudad todavía se recuerda a ese plantel que viajaba a las concentraciones –en Ricardone– en dos combis distintas. En una iban los cumbieros, entre los que estaban el Burrito Ortega y Julián Maidana. Y en la otra, los rockeros, encabezados por Belluschi y Luciano Vella, quien hoy juega en España. Cuentan en Rosario que Belluschi estuvo a punto de probarse en Central, pero no se presentó. Desistió por un accidente doméstico que sufrió su abuela un día antes. A Newell’s fue con varios amigos de su pueblo y, como fue el único que mostró condiciones, tuvieron que convencerlo para que se quedara, pero sólo un poco: él ya tenía en su corazón el sueño de jugar. El resto de la historia es harto conocida.
Es una pieza imprescindible de River y está en los planes de varios clubes europeos, dispuestos a desembolsar millones por su talento. El cuerpo técnico de la Selección lo conoce y lo tiene en cuenta para la próxima convocatoria, pero él trata de ubicarse nada más que en el presente.

–¿Quiénes son las personas que te aconsejan en este momento?
–Mi viejo y mi representante. Ellos quieren lo mejor para mí. Y también mi novia. Todavía hay tiempo para pensar en eso. Ahora, sólo tengo la cabeza en River.


Expediente
>Nombre completo
Fernando Daniel Belluschi
>Fecha y lugar de nacimiento
10 de septiembre de 1983, en Los Quirquinchos, provincia de Santa Fe.
>Hitos en su carrera
*Debutó en Newell’s Old Boys el 8 de septiembre de 2002, ante Nueva Chicago (2–1).
*Salió campeón del Apertura 2004 con Newell’s. Con la Selección Sub 20 fue campeón Sudamericano 2003. Jugó 45’ en la Mayor ante México (9/3/05).


"Es un tipo muy divertido" Por Luciano Vella, ex Ñewell’s, hoy en Cádiz.
Con Fernando íbamos a ver a cualquier grupo de rock que pasara por Rosario. A él le gustaba tocar la armónica y lo hacía más o menos. ¡Tenía una moral! Guille Marino, Seba Domínguez e Iván Borghello se ponían a tocar la guitarra y él los acompañaba. Hacían temas de Los Piojos y de Los Redondos. Algo salía. Yo estaba para escuchar, porque soy muy malo. Al Pelado lo conozco desde la Cuarta de Newell´s, cuando nos hicimos amigos. Tengo una gran relación y hablamos seguido. Es un tipo muy divertido y extraño mucho las cargadas y las risas en el vestuario. También los asados. En cuanto a lo futbolístico, Fernando es un crack. Cuando jugaba en Newell’s, ya estaba para la Selección.

martes, 12 de agosto de 2008

MIO CARO FRATELLO...

ENTREVISTA PUBLICADA EN LA REVISTA SPORTWEEK EL 19 JULIO DE 2008
Versión original en castellano

Los hermanos Esteban y Nicolás Cambiasso por estos días comparten algo más que la sangre. Es que ambos acaban de ser campeones la temporada pasada. Aunque con diferentes realidades. Esteban con el Inter y Nicolás con All Boys, equipo con el que ascendió a la segunda división del fútbol argentino. Mientras que “Cuchu” juega en uno de los clubes más importantes del mundo, Nicolás ataja en el ascenso argentino, un ambiente que sufre muchas dificultades y en dónde la infraestructura y las comodidades a veces no son las adecuadas para el desarrollo del fútbol profesional.

-¿Cómo vivieron sus consagraciones?
- Esteban Cambiasso-Tenía la plena seguridad de que el campeonato iba a ser nuestro. Aunque este final sirvió también para que la gente se diera cuenta de que no era fácil. Estos dos últimos campeonatos se daba por descontado que los teníamos que ganar. Y el fútbol hoy está muy parejo, nadie te regala nada y se sabía que iba a tener una mayor dificultad. Cuando nos tocó afrontar el último partido nosotros estábamos convencidos de qué íbamos a ganar. Hubo una hora en que las cuentas no nos daban, porque era campeón la Roma. Por ahí se siente, al decir que el Inter lo ganó en la última fecha, que nosotros hubiéramos estado atrás. En realidad el Inter lo ganó durante todo el campeonato, estando arriba por más de treinta fechas. Creo que en la sexta agarramos la punta y no la dejamos nunca.
Nicolás Cambiasso- En mi caso fue un poco impensado. En un campeonato de 42 fechas logramos sacar una ventaja de 15 puntos. No es usual pero afortunadamente se nos dio. Soy hincha del club y es el equipo del barrio. Hace quince años viví un ascenso similar a este como hincha y hoy lo vivo como jugador. No se si hubiese jugado en la tercera categoría del fútbol argentino sino hubiera sido en All Boys.
-¿Vos también sos hincha de All Boys, Esteban?
Esteban Cambiasso- No hincha, no. El campeonato del que habla Nico, fue en el año 93 y estuve sólo en algunos partidos. Tenía doce o trece años y sólo iba si jugaba de local. Es el equipo del barrio y fui el día que el equipo salió campeón. Nico fue a todos lados.

Los Cambiasso llevan al deporte en los genes, como si esa pasión se heredara. Carlos, su padre, y Tita, su madre, les inculcaron desde que nacieron el amor por el deporte. Carlos siempre fue un amante del básquet y de hecho jugó en el club del barrio, Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque (GEVP). Tita, en cambio, era fanática del cestoball. Así fue como Federico, el más grande de los hermanos, Nicolás y Esteban se criaron cerca de una pelota. Cuando Esteban tenía tres años y Nicolás cinco, sus padres los anotaron en una escuela de básquet de GEVP, deporte que ya practicaba también Federico. Con el tiempo la pasión de Esteban y Nicolás por el básquet fue aumentando. “Mi papá nos llevaba a ver los partidos del primer equipo, y en los intervalos nos metíamos con Nico a tirar al aro. Eso me fascinaba porque yo miraba las tribunas y me imaginaba jugando con un estadio repleto de gente”, recuerda Esteban, que practicó básquet durante siete años, es decir, entre los cuatro y los once, cuando decidió apostar definitivamente al fútbol porque practicar las dos actividades era agotador. A Nicolás le pasaba lo mismo, pero como ya se destacaba en el arco, su entrenador le pidió que hiciera el esfuerzo de practicar los dos deportes porque el básquet lo ayudaba a controlar mejor el balón con las manos. En aquel tiempo también nació el apodo con el que se lo conoce al jugador del Inter. “Yo era chiquito, muy flaco y rubio como un personaje de TV que se llamaba Cuchuflito. Entonces, en GEVP me pusieron ese sobrenombre que con el tiempo se transformaría en el actual Cuchu”, completa Esteban.



-¿Cómo fue la experiencia en Europa de los dos juntos en Madrid?
Nicolás Cambiasso-Fueron dos años. Primero fuimos con un amigo y después nos quedamos solos, aunque nuestra familia nos visitaba continuamente. Pero en el día a día estábamos solos. La experiencia fue enriquecedora desde todo punto vista: profesional y personal. Si hoy le tuviera que sugerir que hacer a dos chicos de 16 y 18 años, como teníamos nosotros, que tienen esta posibilidad, les diría que vayan sin pensarlo porque no se van a arrepentir como nos sucedió a nosotros.
-¿Cómo fue la separación, cuando les tocó pasar a equipos diferentes?
Esteban Cambiasso-Se da cuando nos volvemos para Argentina. Yo paso a Independiente y él a El Porvenir, en la segunda división. Cada uno siguió haciendo su carrera y lo tomamos con naturalidad, sabiendo que es algo normal. Es utópico pensar que uno va a estar con un compañero toda la vida cambiando de club.
-¿Cómo ves tu futuro?
Esteban Cambiasso-Mi contrato con el Inter es hasta el 2010 y mi idea es cumplirlo. Después ya sabemos lo variable que es el fútbol. Pero lo dije muchas veces: me siento muy cómodo, estoy muy bien en el Inter y por suerte las cosas andan bien, aunque se que tampoco se pueden hacer muchos planes a futuro en el fútbol. Hay que vivir el día a día. Además, creo que en el club están contentos conmigo. O sea que está todo muy bien, pero el futuro nunca se sabe. Puede ser que en el club no estén más contentos conmigo, ja. Que es más probable a que yo no esté conforme con el club, en donde la verdad estoy muy bien.
-¿Cómo te sentís con lo que dijo el presidente Massimo Moratti sobre que sos el futuro capitán del Inter.?
Esteban Cambiasso- Lo tomo con mucho orgullo. Pero no hay que hacer futurología. “Pupi” Zanetti está muy bien como capitán del equipo y ojalá que siga por mucho tiempo.
-¿Tuviste la sensación de que Roberto Mancini podía irse?
Esteban Cambiasso-No tiene importancia a esta altura si yo tenía la sensación o no de que se iba. Hay que asumir la realidad y punto.
¿Qué te dejó Mancini como entrenador?
Esteban Cambiasso-Muchísimo. Es difícil enumerar puntualmente qué, pero he pasado muy buenos años con él y tuve una excelente relación, tanto en lo personal como en lo profesional.
-¿Qué opinión tenés de Mourinho?
Esteban Cambiasso-No lo conozco y se lo mismo que saben todos. Tiene una gran experiencia y espero que nos sea útil.
-¿Puede aportar su conocimiento para la Champions?
Esteban Cambiasso-Él ha tenido buenos resultados pero la Champions es una de las competiciones que hay que afrontar y no depende todo de eso pero ojalá podamos conseguir buenos resultados con él.
-¿Y en lo deportivo qué objetivos tenés?
Esteban Cambiasso- Uno nunca se cansa de ganar. Los objetivos se renuevan constantemente y ganar es lo más lindo. Es sentir que se llegó al objetivo y que todo el trabaja tuvo su fruto. Uno es tratar de seguir estando en la Selección. Va pasando el tiempo y el Mundial se acerca cada vez más. Ese es el gran objetivo.



Esteban y Nicolás, junto con el mayor de los hermanos, Federico también tienen una empresa de indumentaria deportiva creada hace siete años llamada Balompié que le provee indumentaria al Club Parque dónde empezaron con el fútbol y a Bahiense del Norte, el equipo dónde comenzó a jugar al básquet Emanuel Ginóbili. Y el sueño de jugar juntos una vez más es una posibilidad abierta en la vida de ambos: “No, no lo hablamos pero nos gustaría”, confiesa Cuchu con una sonrisa.


Nicolás Cambiasso- Yo creo que él sufriría mucho si jugáramos juntos porque los familiares de los arqueros sufren más que los de otros jugadores. El que te ve jugar quiere que no te lleguen nunca al arco. No quieren que toques la pelota. Sería lindo jugar juntos pero creo que sufriría mucho más el que yo.
-¿Vos que pensás?
Esteban Cambiasso- Estoy de acuerdo con Nicolás. Cuando estuvimos juntos, tanto en los partidos como en los entrenamientos, la sensación la tuve. Uno está siempre pendiente de los movimientos propios pero siempre mira de reojo lo que está pasando con el otro. Cuando iba a verlo sufría bastante. Ver a un arquero que es tu familiar es difícil porque su equipo va ganando tres a cero y no estás tranquilo. Un delantero hizo dos goles y por más que después erré otros dos se terminó el partido para él. El volante difícil que haga algo muy mal para llamar la atención. Pero el arquero se equivoca y queda muy expuesto. No se termina nunca el partido para él. Puede atajar un penal pero después en un corner se le escapa la pelota entre las piernas y hace un papelón. Aunque si hablás con mi mamá ella te va a decir que mira más tranquila un partido de Nicolás que un partido mío por el tema del contacto físico. Yo estoy más expuesto a los choques y los golpes que él. Ella no lo mira tanto por el lado futbolístico sino por el lado físico, con la mirada de madre, y lo único que le interesa es que no nos lesionemos.

Esteban Matías Cambiasso Deleau
Fecha de Nacimiento: 18 de agosto de 1980
Trayectoria: Real Madrid Castilla (España – 2da División) 1996-1998, Club Atlético Independiente 1998-2001 (Argentina), Club Atlético River Plate (Argentina) 2001-2002, Real Madrid 2002-2004 (España), Internazionale de Milano (Italia) 2004-actualidad
Títulos: Clausura 2002 (River), Liga Española 2002/03, Supercopa de Europa 2002, Copa Intercontinental 2002 y Supercopa de España 2003 (Real Madrid); Copa Italia 2004/05, Supercopa de Italia 2005, Copa Italia 2005/06, Scudetto 2005/06, Supercopa de Italia 2006, Scudetto 2006/07, Scudetto 2007/08 (Inter)
Con la selección Argentina: Sudamericano Sub20 1997 (Chile), Mundial Sub20 1997 (Malasia), Sudamericano Sub20 1999 (Argentina)


Nicolás Carlos Cambiasso Deleau
Fecha de Nacimiento: 2 de marzo de 1978
Trayectoria: Real Madrid Castilla (2da División - España) 1995-1999
El Porvenir (Nacional B - Argentina) 1999-2002
Defensores de Belgrano (Nacional B - Argentina) 2002-2003
Olimpo de Bahía Blanca (Primera División - Argentina) 2003-2006
All Boys (Primera B - Argentina) desde 2007
Título: Campeón 2007/08 de la Primera B Metropolitana con All Boys


Versión publicada en italiano*

Quest'estate i fratelli Cambiasso hanno condiviso le feste. Esteban per lo scudetto con l´Inter e Nicolás, portiere dell'All Boys, per la promozione dalla 3a alla 2a serie argentina. L´interista, a Milano dal 2004, arrivato a costo zero dal Real Madrid, all'avvio della nuova stagione riparte da dove aveva lasciato: «Ho sempre avuto la certezza che l'ultimo campionato sarebbe stato nostro. Benché un finale così combattuto sia servito a far capire alla gente che non era facile né scontato vincerlo. Nel calcio di oggi non ci sono più grandi differenze, nessuno regala nulla e noi sapevamo che sarebbe stato píù difficile confermarsi. Ma all'ultimo match, a Parma, eravamo convinti che ce l'avremmo fatta. Sì, c'è stata quasi un'ora nella quale il titolo era andato a Roma, e lì a mezz'ora dalla fine del torneo è venuta fuori l'Inter, s'è visto quanto ci tenessimo a vincere. Ma lo scudetto l'abbiamo conquístato in un lungo anno, siamo stati in testa per quasi tutto il campionato». Per Cambiasso senior (Nicolás è maggiore di 2 anni), il torneo di Primera B Metropolitana è stato più facile: «In un campionato di 42 squadre abbiamo chiuso con un vantaggio di 15 punti sulla seconda. Io sono sempre stato tifoso dell'All Boys, squadra dove ha iniziato gente come Redondo, Tévez, Gago e Riquelme, È il club del nostro quartiere. Mi ricordo di un'altra promozione, 15 anni fa, ero solo un tifoso, andavo anche in trasferta. Ma dal campo è meglio: non so se avrei mai giocato in 3a serie se non fosse stato per il mio club del cuore». «Io invece», interviene Esteban, «di quel torneo del '93 vidi solo i match casalinghi, avevo 12 anni. Ma anch'io ricordo la festa per la promozione». I Cambiasso hanno lo sport nei geni. Papà Carlos giocava a basket nel club del barrio, il Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque (Gevp), zona residenziale a Ovest di Buenos Aires; mamma Tita praticava il cestoball, una specie di basket 6 contro 6, con una palla che non va palleggiata ma solo passata al volo e lanciata nel cesto. E il fratello maggiore Federico è cresciuto su un campetto di calcio. Quando Esteban aveva 3 anni e Nicolás 5, il papá li iscrísse alla scuola basket del Gevp. La passione per la palla a spicchi è cresciuta col tempo. Racconta l'interista: «I miei ci portavano a vedere le partite della prima squadra e nell'intervallo io e Nico provavamo a far canestro. Mi affascinavano le tribune piene di gente, e mi immaginavo a giocare in uno stadio...». Esteban ha giocato a basket fino a 11 anni, quando scelse solo il calcio. Nico invece continuò con entrambe le discipline perché il tecnico del calcio gli aveva consigliato di non abbandonare il basket in quanto, da portiere, lo avrebbe aiutato nel controllo-palla. Allora è nato il soprannome del centrocampista interista, el Cuchu: «Ero piccolo, molto magro e biondissimo, come un personaggio tv che si chiamava Cuchuflito. E divenni Cuchu». La prima esperienza calcistica da grandi i due Cambiasso l'hanno fatta però a Madrid: al Real B, il Castilla, dal '96 al '98. «All'inizio andammo con un amico, ma presto restammo da soli», ricorda Nico, «anche se i nostri genitori venivano spesso in Spagna. Io avevo 18 anni, Esteban 16. Un'esperienza che ci ha arricchito tanto, da tutti i punti di vista. E la consiglierei oggi ai ragazzi di quella età, non se ne pentirebbero». «Ma sapevamo che prima a avremmo dovuto dividerci», dice l'interista. «Questo accadde quando tornammo in Argentina: io all´Independiente, Nico al Porvenir [serie B, ndr] e di lì strade si separarono. Sarebbe stata utopia restare sempre assieme». Ora Esteban ha un contratto con l'Inter fino al 2010: «Il mio obiettivo è rispettarlo, poi vedremo. A Milano mi trovo a mio agio e le cose vanno bene. Anche se so che i programmi nel calcio hanno vita breve... Comunque credo che nel club siano contenti di me». II presidente Massimo Moratti, lodandolo, a marzo ha detto che il Cuchu sarà il futuro capitano nerazzurro, «l'affare migliore della mia gestione», l´ha definito. Esteban replica: «Sono molto orgoglioso di queste parole. Ma non mi occupo di futurologia. Zanetti è valido come capitano e mi auguro che continui con noi a lungo». Poi parla degli allenatori: «Devo dire che Mancini mi ha dato moltissimo, e difficile elencare i suoi meriti, con lui ho trascorso dei bellissimi anni, ho avuto ottimi rapporti personali e professionali. Ora c'è Mourinho, ma io non lo conosco se non per quello che di lui sanno tutti. Ha una grande esperienza e spero che ci sia utile. Lui ha ottenuto buoni risultati in Champions, ne ha vinta una, ma quella e solo una delle competizioni che dovremo affrontare, e non dipende tutto solo dall'Europa. Magari si riuscisse a vincere anche con lui. Perché non ci si stanca mai, è troppo bello. Vuol dire aver raggiunto l'obiettivo di un lavoro, che il tuo sforzo ha avuto frutti. Poi vorrei continuare in nazionale. Si stanno già giocando le qualificazioni per Sud Africa 2010 e il Mondiale è il mió grande obiettivo». L´altro è un sogno: tornare a giocare insieme. «Eh sì, ci piacerebbe», confessa il Cuchu. «Anche se da piccoli, quando giocavamo nella stessa squadra, mi distraevo osservando Nico. Perché avere un portiere per fratello è una sofferenza: la squadra può vincere anche 3-0 ma se fa una stupidaggine se lo ricordano tutti. Mia madre invece era contenta: per lei un portiere, non avendo contrasti non si fa mai male...». A Baires se non altro i Cambiasso fanno squadra negli affari. Col fratello Federico 7 anni fa hanno creato un'azienda di abbigliamento sportivo, Balompié (calcio), che fornisce le divise al Club Parque, la loro prima squadra di calcio, e alla Bahiense del Norte, team dove mosse i primi passi la stella del basket Manu Ginobili e dove è dirigente Jorge, padre del cestista. Fra famiglie di campioni ci si capisce facilmente.

*Por un error en la traducción se consigna que Redondo, Tévez, Gago y Riquelme surgieron en All Boys, cuando en realidad debe decir en el Club Parque.