jueves, 25 de octubre de 2007

RESISTENCIA EXTREMA


ARTICULO PUBLICADO EN LA REVISTA FOX SPORTS EN NOVIEMBRE DE 2007

EL ULTRAMARATON ES UN DEPORTE MUY EXIGENTE Y SE NECESITA UN ENTRENAMIENTO INTENSO PARA CORRERLO. SE TRATA DE UNA ACTIVIDAD QUE LLEVA AL EXTREMO AL CUERPO Y A LA MENTE.

Hay deportes que demandan mucha entrega. A veces esa demanda llega hasta límites insospechados. Deportes en los que es necesario tener una gran disciplina en la preparación, y una enorme fortaleza, tanto a nivel físico como psicológico. Actividades que no son para improvisados, sino para gente que pretende ir moviendo sus propios límites y probar hasta dónde puede llegar su resistencia y su temperamento. El ultramaratón es uno de esos deportes.
“La distancia mínima es de 50 kilómetros, y a un corredor medio le lleva cinco horas, aproximadamente. No es para cualquiera”, cuenta Francisco Gatto, ultramaratonista experimentado que corrió en distintas partes del mundo, como Sudáfrica y Nepal. “Es un deporte para atletas”, sentencia Gatto, quien además es fundador de la Asociación Argentina de Ultramaratonistas.

EL ORIGEN
Filípides fue, según cuenta la leyenda, el soldado ateniense que en el año 490 antes de Cristo, durante las Guerras Médicas, unió corriendo la distancia que separa a la llanura de Maratón de la ciudad de Atenas. El propósito final de ese recorrido era anunciar que el ejército ateniense había derrotado al invasor persa en la Batalla de Maratón. Al arribar a la ciudad, exhausto, Filípides alcanzó a gritar: “Hemos vencido”. Luego murió. Esta es una de las versiones de la leyenda que inspiró lo que actualmente se conoce como maratón.
Esta historia también provocó a John Foden (un ultramaratonista y aviador de la Real Air Force británica), quien luego de profundizar la investigación decidió comprobar si un hombre moderno podía reproducir la hazaña. El 8 de octubre de 1982, Foden partió desde Atenas y arribó, después de 36 horas, a la estatua del Rey Leónidas, en Esparta. Así nacía el Spartathlon, el ultramaratón más extenso del mundo; se corre en Grecia desde 1983. Son 246 kilómetros non-stop, con un tiempo límite de 36 horas, desde Atenas hasta Esparta, reproduciendo el camino que, según el historiador griego Herodoto, hizo Filípides.
Se considera ultramaratón a toda prueba atlética que supera la distancia del maratón (42,195 kilómetros). “Hay tres tipos de competencias: las que son por distancia, las que son por tiempo y los ultramaratón trial. Esta última variante está muy difundida en Estados Unidos. Se trata de recorrer senderos montañosos con muchos ascensos y descensos”, explica Gatto. En un desafío de esta naturaleza, lo más difícil es tomar la decisión y atreverse a intentarlo.
Además del Spartathlon, hay otras competencias importantes, como los campeonatos mundiales de 100 kilómetros, y los de 24 y 48 horas en pista. También el Marathon Des Sables (en Marruecos), los 100 kilómetros de Cantabria y los de Madrid. Pero la más antigua del mundo es la Comrades, que se corre desde 1921 en Sudáfrica. Son 90 kilómetros que conmemoran a los sudafricanos muertos durante la Primera Guerra Mundial y participan más de 15 mil personas cada año.

UN DEPORTE PARA DECIDIDOS
Agotamiento, dolor y diversos tipos de emociones son algunas de las sensaciones que atraviesan quienes participan en estas competencias. Todos los ultramaratonistas coinciden en que no es un deporte para cualquiera y que no se empieza a practicar de una sola vez, sino que se va llegando de a poco.
Es indispensable tener experiencia como corredor. Además, se necesita una maduración especial, tanto física como mental. De hecho, la segunda puede ser más importante que la primera. “Al ultramaratón se llega buscando el límite personal. Es un deporte distinto al maratón”, apunta Raúl Amil, ultramaratonista y entrenador.
Se necesita un entrenamiento exigente y disciplinado. Hay que ser constante durante ese período, que es el más importante. Y, sobre todo, tener una gran preparación mental. “A medida que avanza la distancia, la resistencia psíquica se hace más importante. Durante un ultramaratón se atraviesan todas las emociones posibles: euforia, alegría, tristeza y frustración. Lo único que nunca deja de estar presente es el dolor. Por eso no hay que apegarse a ninguna cuando se corre. Es necesario ser paciente y tener tolerancia al agobio”, cuenta Amil, que corrió el Spartathlon en 2003 y 2004. En la primera llegó en el puesto 14 (entre 250 atletas) y en la segunda abandonó en el kilómetro 90.
Dentro del profesionalismo, los que se destacan son los japoneses y los franceses. El dominio de los asiáticos tiene fundamentos. Por un lado, su filosofía de vida. Por el otro, su contextura física: cuanto más pequeño se es, menos peso se traslada. “Los mejores del mundo en este deporte tienen entre 35 y 40 años”, completa Amil, confirmando con datos la importancia de la madurez.
Tal vez se pueda encontrar una definición artística de lo que es un ultramaratón en ‘La soledad del corredor de larga distancia’ (‘The loneliness of the long distance runner’), una conocida canción del grupo de heavy metal Iron Maiden: “Las millas parecen nunca acabar, como si estuvieras en un sueño, sin llegar a ningún lugar”.


LAS MUJERES TAMBIEN
Aunque todavía son muy pocas las que se animan, año tras año aumenta el número de mujeres que corren ultramaratones. En el último Spartathlon largaron 370 personas, y 40 eran mujeres. La cantidad de féminas fue el doble de 2006, lo que confirma la tendencia. “Después de los 30 años es la mejor edad para que nos acerquemos a este deporte”, recomienda Marina Echeverría Arzuaga, ultramaratonista amateur y diseñadora de interiores. “Es cuando alcanzamos la plenitud total”, completa.
Las motivaciones que llevan a correr estas distancias son personales. Cada uno tiene las suyas. “La demanda física es importante, entonces es necesario tener un elevado grado de autoconocimiento y mucho control del cuerpo”, sostiene Marina. Dentro del ámbito femenino, así como en el masculino, también se destacan asiáticos y europeos. Las japonesas, las italianas
y las francesas son las mejores del mundo.

jueves, 4 de octubre de 2007

"LE GANO A PACQUIAO Y ME RETIRO"

ARTICULO PUBLICADO EN LA REVISTA FOX SPORTS EN OCTUBRE DE 2007


MARCO ANTONIO BARRERA TOMO LA DECISION DE RETIRARSE Y QUIERE HACERLO POR LA PUERTA GRANDE: GANANDOLE A MANNY PACQUIAO. EN ESTA ENTREVISTA CON FOX SPORTS EN ESPAÑOL REVISA SU PASADO, CUENTA SU FUTURO Y OPINA SOBRE EL PORVENIR DEL BOXEO MEXICANO.

La tensión, dicen los que saben, es la enfermedad profesional de los actores. Relajación y concentración forman la base de su trabajo. Es que los actores, como los boxeadores, tienen una única herramienta de trabajo: su cuerpo.
Marco Antonio Barrera está en la etapa final de su carrera y quiere irse con gloria. “Estoy buscando salir por la puerta grande. La del 6 de octubre, contra Manny Pacquiao, es mi última pelea”, cuenta el tres veces campeón del mundo. Sólo se volvería a poner los guantes para despedirse de la gente en una exhibición. “Algo como para darle las gracias a toda la gente”, apunta.

–Después de Pacquiao, ¿qué?
–El retiro, definitivamente, no hay cambio de hoja. No tiene nada que ver con ganar o perder esa pelea. Le gano y luego me retiro. Tengo 33 años, me siento muy bien física y mentalmente. Ya hice mucho en este maravilloso deporte.
–¿Qué lugar piensas ocupar en el boxeo? ¿Manager, empresario o entrenador?
–Un poco de todo. Además, voy a estudiar inglés para aprender bien el idioma y tomaré un curso de locución para analizar boxeo. Quiero seguir ligado a lo que me gusta.
–¿Te acompañó tu familia en la decisión de retirarte después de tantos años?
–Mis papás me dijeron que se me estaba pasando la mano. Pensaban que ya estaba bien. Pero es sólo una pelea más. Mis hermanos también pensaban que ya estaba bien con el combate anterior, lo mismo mi mujer. Pero hablé con ellos y les pedí una pelea más, que es ésta que viene. ¡Y están contentos y felices de que me van a tener en casa más tiempo dando lata, ja!
–¿Piensas quedarte a vivir en México?
–Sí. Estamos muy cómodos y no podemos dejar las costumbres de aquí. He vivido muchísimos años en Guadalajara y es donde estamos establecidos con mi familia.
Por estos días, Barrera se prepara con las ganas de un principiante para el combate con Pacquiao. Su jornada comienza a las ocho de la mañana para correr durante cincuenta minutos. Luego es el turno de un desayuno de pocas calorías y de dormir hasta las dos de la tarde. Entonces, la rutina de entrenamiento marca el tiempo del gimnasio, que se extiende hasta las cuatro y media de la tarde. Después de un baño, Marco Antonio y su equipo se sientan a comer en medio de un clima distendido, donde se platica sobre boxeo y se cuentan anécdotas. A las seis y media de la tarde se acaba el día para todos, para todos menos para Barrera, para el reconocido entrenador Sendai Tanaka y para el sparring japonés Takashiro Ao.
–¿Qué es lo más duro que tiene tu oficio?
–La rutina diaria es complicada. Levantarse para correr, ir al gimnasio y dejar a la familia. Esta es mi última pelea y no lo quise hacer así porque ya pasó el tiempo de abandonar a la familia para entrenar. Esta vez decidimos hacerlo en nuestro ambiente para llenarnos de ganas. Ya no estoy sintiendo lo duro que era irse a las montañas y hablar con mi gente cada fin de semana. A este viaje lo estamos convirtiendo en ganas de vernos, y levantarnos con muchísimo entusiasmo para ir al gimnasio.
–¿En algún momento de tu carrera quisiste abandonar al boxeo?
–Sí. Fue a finales de 1996. En noviembre de ese año perdí con Junior Jones. Después volví a perder con él en abril de 1997. Me desanimé y me retiré. Estaba acostumbrado a ganar y, de repente, dos derrotas al hilo me hicieron pensar. Me salí del deporte un buen rato. Un año o seis meses, no recuerdo. Hablé con mi familia y con el equipo, y estuvieron de acuerdo con que regrese. Creo que fue cuando mejor me levanté y cuando más historia hice.
–¿Qué te gusta ver en el boxeo actual?
–Los supergallos están dando tremendas y encarnizadas peleas en estos momentos. La que protagonizaron Rafael Márquez con Israel Vázquez, por ejemplo. Hay una muy buena camada. El boxeo mexicano tiene muy buenos talentos. Ahora que nos vamos varios no va a ser difícil llenar esos espacios, porque hay mucho talento en México.
–¿Por qué se habla tanto, entonces, de la falta de ídolos en el boxeo mexicano?
–Lo que pasa es que es difícil tener a un ídolo con el ángel que uno trae. Por ejemplo, va a ser difícil reemplazar a Julio César Chávez. No hay otro con ese ángel, con esa difusión y carisma de ídolo. Pero hay muchísimo potencial en el boxeo mexicano. De eso no tengo dudas.
–¿Qué boxeadores te gustan?
–Márquez y Vázquez. También Johnny González, que por una mala noche no dejó de ser un buen peleador. Y Edgar Sosa tiene un estilo diferente.
Marco Antonio está bien rodeado profesional y personalmente. Un equipo de ocho personas trabaja con él. “Es la misma gente que me va a acompañar cuando me retire”, cuenta. Sus padres y hermanos, junto con su esposa Sandra y sus hijos Marco (de cinco años), Jimena (de tres) y Mariano (de 10 meses) son la contención afectiva sobre la que se sostienen todas sus decisiones.
–¿En qué invertiste tu dinero?
–Lo poco que he ganado lo he invertido muy bien. No viviremos como ahora porque el boxeo te da otras cantidades, pero vamos a tener un nivel de vida tranquilo. Tengo un salón de fiestas y un gimnasio en la ciudad de México. El gimnasio se llama ‘Barrera Gym’ y el salón de eventos ‘Emperador’, porque, en su momento, cuando le gané a Naseem Hamed me pusieron “El Emperador”.

Se va un grande del boxeo que, más allá de resbalones y caídas, siempre se ha levantado. El profesional quiere rendir al máximo y el hombre no quiere defraudar a nadie cuando se baje el telón de su carrera pugilística. Y anuncia: “Cueste lo que cueste, vamos a salir con los brazos en alto”.

>>Tiempo de revancha
Marco Antonio Barrera y Manny Pacquiao se enfrentaron el 15 de noviembre de 2003. El azteca llegaba como el gran campeón de los pluma (había derrotado a Naseem Hamed y a su archienemigo y compatriota Erik Morales). El filipino, sin pergaminos detrás, sorprendió a Marco al dejarlo nocaut en el 11º asalto. Barrera no lo olvida: “Las cosas cambiaron. Cuando lo enfrenté era desconocido y yo, la estrella. Ahora es diferente, Pacquiao es el campeón y yo estoy muy motivado”.

68 PELEAS
Suma Marco Barrera en su record: 63 fueron victorias (42 antes del límite) y 5 derrotas.

SUPER PACQUIAO
Manny Pacquiao (foto) es sinónimo de Dios en Filipinas. En el olvido quedaron sus tiempos de panadero y obrero de la construcción en su General Santos natal. Si bien “Pac Man” es objeto de adoración a causa de sus extraordinarias victorias, haber manifestado la posibilidad de un retiro abrupto suyo de los rings en caso de lograr un lugar en el congreso de su país ha hecho que hasta sus incondicionales seguidores vean con malos ojos su carrera política (una encuesta señaló que el 91 por ciento estaba en contra).
Pacquiao tuvo un excelente año en 2006, al conseguir el calificativo de mejor púgil de la historia de su país gracias a sus nocauts sobre Erik Morales. El boxeador de 27 años ha aprovechado su popularidad para vender docenas de millares de discos grabados por él. Todo un rey.