ARTICULO PUBLICADO EN LA REVISTA FOX SPORTS EN OCTUBRE DE 2007
MAXIMILIANO PEREIRA LLEGÓ HACE MUY POCO AL BENFICA Y QUIERE GANARSE UN LUGAR EN LA ELITE EUROPEA. PERO SE VIENE EL COMIENZO DE LAS ELIMINATORIAS Y "EL MONO" NO OLVIDA LOS EVENTOS TRASCENDENTES QUE TIENE LA CELESTE.
La historia de Maximiliano Pereira es la de un botija que siempre quiso ser futbolista profesional y que hizo lo que había que hacer, más allá de tener condiciones naturales: perseverar y ser constante. Pero, sobre todo, no abandonar el camino que había elegido, y menos en los momentos más difíciles.
Cuando el “Mono” tenía catorce años, su padre murió de un infarto y el futuro parecía complicado para toda la familia. Su madre tenía que trabajar para darle de comer a seis bocas. Los más grandes daban una mano y Maxi, que es el del medio, también aportó lo suyo pintando casas o llevando quiniela a algún quiosco. “Nunca nos faltó comida pero lo hacía para ayudar”, recuerda. “Somos cuatro varones y dos mujeres. Ninguno de mis hermanos se dedicó al fútbol. Tengo uno que tuvo que ir a trabajar a España, hace tres años que está allá. Los demás viven en lo de mi vieja, que la ha remado mucho y es la que sufrió más lo de mi papá. Se quedó sola con la casa e intentó que sus hijos salgan lo más derechos posible y que no agarraran cualquier camino. Gracias a Dios ninguno tuvo problemas con las juntas ni con las drogas. En este momento tengo una situación económica mejor y se pueden solucionar varias cosas que antes no”, agrega desde el otro lado del Atlántico.
–¿Cómo estás en Portugal?
–Muy bien. Tranquilo y disfrutando todo lo que me pasa. Hace más de un mes que estoy acá y la adaptación va bastante bien. Me tocó un lindo grupo de compañeros en el Benfica. Cuesta un poco agarrar confianza, pero estoy cómodo. La diferencia con Uruguay es mucha, el fútbol europeo tiene otra velocidad y es completamente distinto. Para mí es todo nuevo y estoy tratando de caer un poco. Hasta hace un par de meses miraba la Champions League por la tele y acá ya me tocó jugarla. Es un sueño, porque estar en el estadio del Milan fue impresionante. Ver a toda esa gente, escuchar la canción de la Champions, conocida por todo el mundo… ¡Se me puso la piel de gallina con el entorno!
–¿Cuáles son las diferencias entre el fútbol portugués y el uruguayo?
–Todavía estoy adaptándome a lo que es el fútbol, los partidos, las canchas y los entrenamientos. Es totalmente diferente, hay otro ritmo. Estoy muy contento de poder estar en Portugal, es un fútbol muy lindo para mostrarse. Quiero ponerme al nivel de los jugadores que hay acá para darle lo mejor al equipo.
–Pero ya notaste algún cambio puntual...
–Sí, apenas llegué: tuve que entrenar una semana en la que no hubo fútbol e hicimos doble turno. Los entrenamientos son muy duros, se hacen muchos trabajos explosivos y de velocidad. En Uruguay se entrena un poco menos. Acá las canchas y el entorno te motivan para prepararte y meterte con todo. Igual, no me costó demasiado porque a mí me gusta entrenar y no tengo inconvenientes. También estoy entrando en confianza con mis compañeros y adaptándome a lo que quiere José Antonio Camacho, el técnico.
–¿El 2007 es tu mejor año profesional?
–La verdad que sí. Todo se dio muy rápido. Si bien siempre estuve esperando la chance de emigrar y de poder ir a un fútbol más competitivo, hasta que no te vas, no te das cuenta. Además, la Selección fue una vidriera y el ‘Maestro’ Tabárez fue muy importante porque siempre ha confiado en mí. Lo mínimo que podía hacer era tratar de responderle como lo hice en la Copa América. Es muy lindo lo que me está pasando. Me preparé como todo jugador y siempre pienso en todo el sacrificio que hice en Uruguay. Todos los días entrenando en lugares que no estaban en el mejor estado y los partidos que jugué en las peores canchas... Pero siempre estuve bien mentalizado, porque en cualquier partido te podían estar mirando. Ese esfuerzo que hice desde chico tiene sus frutos.
El sacrificio al que se refiere Pereira arrancó a los seis años, cuando empezó a jugar al baby fútbol en Bella Vista, que quedaba cerca de su casa. Estuvo allí hasta la octava división, y pasó a Defensor Sporting, donde lo ayudaron mucho. “Es un club muy serio, me ha dado todo. Trabajan muy bien con los juveniles, incluso me ha tocado vivir un tiempo en la casita de Defensor, donde tenía la mejor alimentación y un buen descanso”, cuenta.
–¿Qué objetivos tenés por delante?
–Adaptarme a Portugal, lograr la titularidad en el Benfica y hacerme conocer en este fútbol, el europeo, donde todo el mundo quiere jugar. Sé que estoy en un lugar privilegiado. Con respecto a la Selección, jugar el Mundial es lo más lindo que me podría pasar.
–¿Tenés confianza para estar en Sudáfrica 2010?
–Si le preguntás a cualquier jugador uruguayo, te va contestar que tiene esa ilusión. Mentalizándonos y trabajando se puede llegar lejos. Nos pasó en la Copa América: empezamos mal y fuimos mejorando. Hubo momentos en los que se jugó buen fútbol. La Selección Uruguaya tiene jugadores que están en los mejores equipos del mundo. No hay excusas en ese sentido y estamos muy confiados. Aunque hay que cambiar algunas cosas de la organización que pasan hace mucho tiempo. Debemos ponernos en la cabeza que ir al Mundial es lo más importante. Quizá desde la cabeza podamos lograr muchas cosas.
–¿Llegar a Europa le cuesta más al futbolista uruguayo que al argentino o al brasileño?
–A nosotros todo nos cuesta el doble. El argentino o el brasileño tienen ventaja. Si un representante dice ‘tengo un jugador argentino’, cualquier presidente de cualquier club europeo le pide el video para verlo. Brasileños, además, hay en todos lados. Los jugadores uruguayos no estamos muy vistos porque hace mucho tiempo que no vamos a un Mundial y nuestro fútbol no es tan seguido como el argentino o el brasileño. Es como en todos los órdenes. Somos un país chiquito que tiene que hacer sacrificios. Cada fin de semana en Uruguay hay que mostrarse para tener la mínima chance de que te puedan ver. O ir a la Selección, donde te ve todo el mundo, como me pasó a mí en la Copa América. Todo se hace más complicado. Si estás en un cuadro chico, durante el año sólo jugás dos partidos para la televisión: contra Peñarol y Nacional. Después hay que tener la suerte de que te puedan ir a ver a algún partido, porque las canchas no son de las mejores. Esa es la realidad y no podemos escaparnos.
Por el momento, Maxi Pereira está viviendo en el apartamento de Cristian “Cebolla” Rodríguez. Todavía no tuvo la posibilidad de recorrer Portugal porque los viajes y el trajín se lo impidieron. Por estos días lo acompañan su novia y la madre de ella, que llegaron hace poco con unos diez kilos de yerba, algo que escaseaba. “Le pedimos a Gonzalo Bergessio y nos prestó un kilo. La yerba de los argentinos no se compara con la nuestra, je, pero nos han salvado porque hubo días en los que no conseguíamos por ningún lado. Gracias a los argentinos pudimos tomar mate. Ahora ocupamos un placard con yerba y no vamos a tener problemas”, asegura el Mono.
–¿Qué jugador te sorprendió en Benfica?
–El que va a dar que hablar es “Cebolla”. Le va a ir muy bien en el fútbol portugués. Tendrá la continuidad que no tuvo en Francia, estoy seguro, y no lo digo porque sea uruguayo. También me sorprendió bastante Angel Di María. Lo vi en el Mundial Sub 20 y es muy rápido. A Rui Costa lo conocen todos, posee una gran pegada y mucha calidad. Con la edad que tiene está intacto técnicamente. Lo veía por la tele y entrenar con él me sorprende.
Se vienen las Eliminatorias y el sueño es el mismo que se renueva cada cuatro años: ir a un Mundial. El 13 de octubre será el primer paso, en el Centenario y contra Bolivia. Cuatro días después se jugará la segunda fecha, en este caso, visitando a Paraguay. Y Maxi es optimista. “Los uruguayos siempre acompañan a la Selección. A mí me ha tocado ver desde la tribuna la Eliminatoria pasada. Juega Uruguay y la gente se vuelve loca, acompaña. Lo mínimo que se le puede prometer es que la entrega no va a faltar. Hay que mejorar muchas cosas, incluso los jugadores, pero tienen que ilusionarse como nosotros. Lo que más queremos es ir a un Mundial y le vamos a meter todo para lograrlo”.
>>Expediente
>Nombre completo
Victorio Maximiliano Pereira Páez
>Fecha y lugar de nacimiento
8 de junio de 1984, en Montevideo.
>Trayectoria
Defensor Sporting (2002–2007) y Benfica de Portugal (desde agosto de 2007).
Con la Selección debutó el 26 de octubre de 2005 en un amistoso frente a México: en Guadalajara, La Celeste perdió 3 a 1.
“El fútbol europeo tiene otra velocidad y es completamente distinto. Para mí es todo nuevo y estoy tratando de caer un poco. Hasta hace un par de meses miraba la Champions League por la tele y acá ya me tocó jugarla”.
5 AÑOS
Es lo que estipula el contrato que lo une al Benfica, que pagó tres millones de euros por el 70 por ciento de su pase
“La Selección Uruguaya tiene jugadores que están en los mejores equipos del mundo. No hay excusas en ese sentido y estamos muy confiados. Aunque hay que cambiar algunas cosas”.
14 PARTIDOS
Son los que jugó Maximiliano Pereira con la Selección Uruguaya. No convirtió goles.
>> El glorioso Benfica
>>El Sport Lisboa e Benfica fue fundado el 28 de febrero de 1904 y es el club más importante de los 16 que participan en la Superliga Portuguesa. Conocido mundialmente como Benfica, es el más ganador del país y por eso lo llaman “El Glorioso”: tiene 31 títulos de liga y 24 Copas de Portugal. Sin embargo, sólo ganó una de las últimas trece ligas locales, la de la temporada 2004/05, mientras que Porto obtuvo nueve Superligas en ese período. En el plano internacional, Benfica ganó dos Copas de Europa (1960/61 y 1961/62) y fue cinco veces subcampeón.
En este club jugó el mejor futbolista portugués de todos los tiempos: Eusebio. “La Pantera Negra” tiene una efectividad impresionante en Benfica: jugó 614 partidos y marcó 638 goles. Con esa casaca conquistó once Ligas, cinco Copas de Portugal y dos Copas de Europa.
En la actualidad, Benfica está más cosmopolita que nunca. El entrenador es el español José Antonio Camacho. En el plantel se destaca otro uruguayo, Cristian “Cebolla” Rodríguez, que en la última temporada estuvo en el Paris SG, y los argentinos Gonzalo Bergessio, Andrés Díaz y Angel Di María. La figura del equipo es el veterano Rui Costa. El ex jugador del Milan tiene 35 años y su calidad está intacta. También hay un paraguayo, un alemán, un griego, un costamarfilense, un camerunés, un angoleño, un chino, un norteamericano, varios brasileños y también... portugueses, por supuesto.
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