lunes, 30 de junio de 2008

DEMOLEDOR DE MEXICANOS: MANNY PACQUIAO SUMA OTRO TÍTULO DEL MUNDO


Aunque no le guste que lo llamen "El Matador de Mexicanos", al filipino Manny Pacquiao no le va a quedar otra que aceptarlo. Es que "Pacman" volvió a demostrar su potencia frente a David Díaz, nacido y criado en Chicago pero mexicano de sangre. Pacquiao noqueó a Díaz en el noveno round y conquistó el cinturón ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Se trata del cuarto título mundial en cuatro categorías diferentes: mosca, supergallo y superpluma, algo inédito para un asiático. Además, mejoró su record a 47 triunfos, con 35 nocauts, tres derrotas y dos empates. Logros que lo ubican como el mejor libra por libra del momento, tras el retiro de Floyd Mayweather.



En el cuarto round sufrió un corte en la ceja derecha debido al gran castigo que le dió Pacquiao. La gran hemorragia que tuvo, obligó al referí a detener la pelea para una revisión médica. Díaz terminó con una gran hematoma en el pómulo izquierdo. El combate fue en el Mandalay Bay de Las Vegas y el filipino, que lo llenó de golpes de entrada, lo derribó definitivamente a los dos minutos y veinticuatro segundos del noveno asalto después de una gancho de izquierda a la quijada de Díaz quién perdió el fajín en la segunda exposición y quedó con 34 victorias, con 17 antes del límite, dos derrotas y un empate.


Fotos: Naoki Fukuda

miércoles, 25 de junio de 2008

ATTENTI A QUESTI DUE: NÉSTOR SENSINI Y DIEGO SIMEONE

ENTREVISTA PUBLICADA EN LA REVISTA SPORTWEEK EL 17 MAYO DE 2008

Sportweek: -¿Qué te pareció el fútbol argentino después de tantos años en Italia?
Roberto Sensini: -Pobre no es. Tengo la misma sensación que tenía viéndolo desde afuera. En Argentina, como en gran parte del mundo, el resultado es muy importante. Eso quita un poco de espectáculo. Esa presión que se genera durante toda la semana por ganar hace que por momentos no se juegue bien. Se corre muchísimo. El desgaste físico que hacen los jugadores es enorme. Esas son las sensaciones que tenía desde afuera y que ahora estoy verificando. Es un fútbol muy parejo. Se puede perder con el último y ganarle al primero. Pero haciendo las cosas medianamente bien se puede llegar a pelear por el título.
Diego Simeone: -El fútbol argentino es muy técnico, tiene mucha conducción y mucha vorágine. Pero muy poco juego. Se corre mucho con la pelota. Parece que el ritmo es más rápido que en Europa, pero en realidad, se juega menos y se corre más. Creo que esas son las características más salientes.

Sportweek: -¿Fue difícil pasar de jugador a entrenador?
Roberto Sensini: -Simple no fue porque era una situación bastante anormal. Con mis compañeros, de los cuáles pasé a ser técnico en pocas horas, tenía un compromiso dentro del vestuario. Era difícil poder ejercer o cumplir al cien por cien la parte de técnico. No fue simple. Creo que un poco me dejé llevar por el momento que estaba pasando en el Udinese. Por las ganas de ayudar al club, a mis propios compañeros que después fueron mis jugadores. Me dejé llevar por eso. No la tomo como una experiencia negativa pero tal vez en ese momento no estaba preparado.
Diego Simeone: -La verdad que no fue difícil para mí. De hecho me encantó. Entendí al otro día de dejar de jugar que ya no era futbolista y que de ahí en adelante sería entrenador. Psicológicamente no fue para nada complicado porque sigo viviendo de la misma manera que cuando era jugador pero ahora soy entrenador. Cuando decidí retirarme, el duelo me duró media hora, debajo de la ducha. Después ya estaba con la cabeza en el desafío de ser entrenador.

Sportweek: -¿El hecho de haber jugado en el puesto que jugaste influye en la estrategia que utilizás en un equipo dentro de un campo de juego? ¿Qué sistema táctico preferís?
Roberto Sensini: -Que haya sido defensor no quiere decir que piense en defenderme y después ver si viene el gol. Todo lo contrario. Mi idea es tratar de que a cada jugador que ponga en un puesto se sienta cómodo y pueda rendir al cien por cien. Es normal después tener un dibujo táctico. Con Estudiantes jugamos con cuatro defensores o con tres. Pero eso lo puedo hacer porque están muy bien mis jugadores. Adelante, la idea es mantener tres atacantes que a veces no es simple por una cuestión de equilibrio.
Diego Simeone: -Quizás por el hecho de haber jugado tantos años en la mitad de la cancha tenga más lectura de lo que pasa atrás o a adelante. Y por eso se pueden ver mejor algunas situaciones. Pero eso no quiere decir que las vea bien o mal. Las veo distinto. No hay un táctica en particular para mí. Hay jugadores con diferentes características y como entrenadores nos tenemos que adaptar a lo que mejor tenemos dentro del plantel. Me gusta ser ofensivo, pero la mejor forma de atacar es ser ordenado. Primero la seguridad, es decir, defenderse.

Sportweek: -¿Qué rescataste tácticamente en Italia? ¿De qué entrenador aprendiste más?
Roberto Sensini: -Lo que aprendí en la parte táctica, después de tantos años en Italia es como se trabaja ya que es dónde hice gran parte de mi carrera como jugador. Como técnico valoro a todos los que tuve. Empecé con Bruno Mazzia, tuve a Franco Scoglio, a Azeglio Vicini, a Albertino Bigon. Estoy hablando del Udinese. Después pasé a Parma dónde tuve a Nevio Scala, después llegó Carlo Ancelotti. También a Sven Göran Eriksson en Lazio. Tuve grandes técnicos y a cada uno de ellos traté de sacarles algo. Y hoy hay momentos en los que me sirve lo que ellos me han enseñado o cada cosa que ellos decían en ese momento. Pero copiar tampoco es bueno. Luciano Spaletti es aquel con el que comparto muchas de las cosas que hoy hace o que hacía como técnico en el Udinese. Uno trata de reflejarse en los técnicos que tuvo. Con Spaletti hablamos pero cada uno es celoso de las cosas que hace y se las queda para sí mismos. Cambiar ideas o tocar un tema puntual y profundizarlo, sí. Spaletti es el último que tuve y es con el que más charlé.
Diego Simeone: - En todos los lugares donde estuve aprendí. Pero a mí el fútbol italiano me marcó. Me gusta porque creo que son equipos que se ordenan muy bien y llegan a lugares importantes. Me siento identificado. A lo largo de mi carrera tuve entrenadores muy importantes y aprendí de todos. Algunos te marcan más que otros, pero yo tengo mi propia identidad. Roberto Mancini, Luigi Simoni y Sven Göran Eriksson son algunos de los que tuve. De distintas características pero importantes. Eso sí, no soy pedirle consejos a ninguno, tengo una identidad propia.

Sportweek: -¿Te ayudó haber jugado tantos años en Europa para ser entrenador?
Roberto Sensini: -Toda experiencia sirve. Como técnico me están sucediendo algunas cosas que ya viví como jugador. Perder un partido en el último minuto, por ejemplo. Creo que sirve como para estar preparado y poder buscarle un solución. Eso no quiere decir que porque uno estuvo jugando tanto tiempo en Italia o en la Selección Argentina va a ser mejor o peor técnico que otro. Pero hay muchas situaciones que uno ya las vivió por mucho tiempo y a veces es más fácil resolverlas.
Diego Simeone: -Es imposible tener historia sin recorrerla. Hay algunos entrenadores con mucha trayectoria que llegan a un equipo y les va mal. Y hay técnicos sin historia que salen campeones enseguida. Podés tener muchos años entrenando y no haber ganado nada. Yo trato de acordarme de qué es lo que me gustaba y de qué no para no equivocarme sabiendo que ciertas decisiones van a causar disconformidad. Ahí es cuando más apelo a mí experiencia como jugador.

Sportweek: -¿Hasta cuando tenés contrato en Estudiantes de La Plata?
Roberto Sensini: -Por un año. Hasta diciembre de 2008.
Diego Simeone: -Firmé contrato por un año, hasta diciembre de 2008.

Sportweek: -¿Y cuáles son los objetivos que se plantearon con el club?
Roberto Sensini: -En este momento tenemos dos objetivos importantes. Uno es la Copa Libertadores, que por la historia del club, es muy sentida. Ese es un objetivo importantísimo. Y después el campeonato porque creo que uno no tiene que pensar en un solo objetivo. Va a llegar un momento en el que no vamos a poder seguir en los dos. De acá a un tiempo se va a delinear el camino que vamos a seguir. El objetivo principal de este club es mantenerse siempre como protagonista en cualquier cosa que juegue.
Diego Simeone: -Mi objetivo es tratar de que River juegue bien y logre un identidad. No miro diferente la Copa Libertadores o el Campeonato. Acá en River hay que ganar siempre. También quiero crecer como entrenador. Voy intentar que la gente venga a la cancha y sepa a qué juega el equipo. Que se identifique. Aspiro a que haya una comunión entre el jugador y el hincha.

Sportweek: -¿Qué otros equipos creés que pueden ser protagonistas en la Copa y el Torneo local?
Roberto Sensini: -Boca. Lo pongo porque está siempre ahí arriba. Cualquier cosa que jueguen la quieren ganar. Y River Plate, que más allá del cambio de entrenador, con el “Cholo” Simeone que empezó hace poco, tiene un gran plantel y es uno de los que mejor se ha reforzado junto a Boca y a San Lorenzo. Son estos los equipos con los que uno tendrá que pelear. Después siempre aparece Lanús al que por momentos lo puede condicionar un poco la Copa Libertadores. Como a nosotros. Todos los equipos que están ahí arriba o que quieren pelear el campeonato y tienen la Copa están condicionados porque juegan cada tres o cuatro días y no presentan nunca el mejor equipo al cien por cien. Eso te condiciona. Independiente o Velez que no tienen que jugar la Copa pueden estar arriba en el campeonato también. Pero por nombre, por recambio y por historia, Boca es el equipo a vencer.
Diego Simeone: -Hay varios equipos. En el campeonato local Estudiantes de La Plata, San Lorenzo, Boca y Tigre creo que van a ser muy duros. Y en la Copa Libertadores creo que todos los equipos están en un nivel muy parejo y hay que pensar cada fase en su momento.



Sportweek: -¿Qué jugadores del fútbol argentino te sorprendieron?
Roberto Sensini: -Pablo Piatti, de mi equipo, es uno. Es un jugador habilidoso y rápido. Por su corta edad, 18 años, tiene una madurez increíble. Es un chico que tiene un gran futuro. Después Juan Román Riquelme y Juan Sebastián Verón. Andrés D´Alessandro todavía no apareció pero es un jugador importante. Estoy hablando de jugadores que ya conocía y hoy que los tengo que enfrentar o entrenar puedo confirmar que son los mejores de estos momentos. En Argentina, además, hay un nivel de arqueros muy alto. Eso es para destacar. Agustín Orión, Mariano Andujar, Juan Pablo Carrizo, Mauricio Caranta, entre otros. Son arqueros de alto nivel. Argentina ha mejorado muchísimo en la calidad de arqueros que tiene. Hay cuatro o cinco muy pero muy buenos.
Diego Simeone: -De River, Matías Abelairas que es volante por izquierda. Y también Diego Valeri de Lanús. Son futbolistas que leen muy buen el juego y que ocupen posiciones importantes por como se juega acá y en Europa. Son dos grandes jugadores que pueden dar mucho más todavía.

Sportweek: -¿Cómo es el nivel del torneo argentino?
Roberto Sensini: -El gran problema de la mayoría de los clubes argentinos es que cada seis meses hay mucho recambio por una cuestión económica. Un chico de 18 o 19 años juega cuatro meses y ya lo vendieron. Después están los muchachos que vuelven del exterior luego de mucho tiempo y están identificados con un club como Verón con Estudiantes. Eso es bueno. También están viniendo muchos extranjeros como uruguayos y paraguayos. Cosa que se dio en los últimos cuatro o cinco años porque antes no pasaba. Aparece la figura pero a los seis meses no está más. El caso de Sergio Agüero, Ever Banega o Maxi Moralez que se fue y volvió. No lo puedo comparar con el campeonato italiano o el español que seguramente si tenés un equipo que está dando el setenta por ciento, tratás mejorarlo para que llegue al noventa. Acá se trata de sobrevivir en algunos clubes y eso no ayuda a potenciar el campeonato. Pero es cierto que le dan la posibilidad a muchos chicos cosa que el campeonato italiano o algún campeonato europeo no te permite.
Diego Simeone: -Creo que el nivel del fútbol argentino es muy bueno. Si viene un equipo italiano, por ejemplo, a jugar frente a un equipo argentino se le va a complicar. Y si viene un jugador que es un fenómeno en Italia, también se le va a complicar. Porque no es fácil adaptarse a las características que tiene el campeonato argentino. En algunos lugares se juega más rápido, mientras que en Argentina, se corre más rápido, que no es lo mismo.

Sportweek: -¿Qué se puede hacer para mejorar esta situación? ¿Cómo está tu club?
Roberto Sensini: -Hay que hacer proyectos a largo plazo como los que hacen Lanús, Estudiantes, Vélez o Arsenal. Porque a los buenos jugadores, si querés seguir creciendo y peleando por cosas importantes hay que tenerlos. Después tendrás que vender uno para seguir cubriendo los gastos. Y tendrás que tener otro jugador abajo como para cubrir ese lugar. Después hay otra realidad en Argentina que es el descenso por promedios. Y traés algunos jugadores que complican la parte económica pero querés salvarte. Después las cosas no van bien y por ahí le quitaste la posibilidad de jugar a los chicos del club. Creo que está faltando un poco de organización y hacer proyectos a largo plazo. Hoy en el fútbol no es fácil pero los clubes que lo pueden hacer, lo tienen que hacer. Estoy convencido que en un club como Estudiantes de La Plata esa posibilidad está. Es un club que le da mucha importancia a las inferiores y hoy tenemos un promedio que nos permite trabajar con tranquilidad en ese sentido.
Diego Simeone: -Cada fútbol tiene su estilo. Ni el italiano es el mejor de todos, ni el argentino es el peor de todos o al revés. River es un club grande y acá siempre hay que ganar. Tengo un plantel con grandes jugadores y mi función como entrenador es armar un equipo. En eso estoy.

Sportweek: -¿Mantenés contacto permanente con los clubes por los que pasaste?
Roberto Sensini: -Sí. Con el Udinese y con el Parma. Con el Lazio un poco menos porque fueron cambiando cosas. En el Udinese con el presidente, con la gente, con los jugadores. Con la gente de Parma. A Tommaso Ghirardi lo fui a visitar y estuve charlando. En las dos ciudades, Parma y Udine, y con los dos clubes mantengo una amistad. Y con la gente que es lo más importante. Los sigo a ambos equipos. Soy hincha de los dos porque me dieron mucho y me encontré muy bien. Tengo una gran admiración por la gente. En todos los clubes que estuve que fueron tres, me trataron muy bien. En Parma y en Udine más porque estuve siete años y medio en una ciudad y ocho en otra. Me quedaron muchos amigos. Lo mismo en Roma, más allá de que fue un tiempo más corto.
Diego Simeone: -Mantengo una relación normal con la gente de todos los clubes por los que pasé. Siempre estoy en contacto preguntando y averiguando sobre los equipos en los que estuve. Si bien tengo un gran recuerdo de todos los equipos en los que estuve yo soy del Atlético de Madrid.

Sportweek: -¿Te quedó alguna deuda como jugador que quieras saldar ahora como entrenador?
Roberto Sensini: -Siempre hay cosas para mejorar y que se quieren obtener. No tuve la suerte de ganar una Copa de Campeones, pero no todos tienen la posibilidad. La jugué con la Lazio, el Parma y el Udinese. En la Lazio por ahí teníamos las chances o las ganas de llegar a la final pero no pudimos. Nos dejó afuera el Valencia. Con el Parma igual, pero sabíamos que éramos un club chico más allá de que teníamos grandes jugadores. Por ahí ese sueño queda pendiente. Pero estoy en Argentina y tengo la posibilidad de jugar la Libertadores que es un campeonato parecido a la Champions, más allá de las distancias. Vamos a tratar de llegar lo más lejos posible. Y si el objetivo es llegar a la final vamos a tratar de ponernos eso en la cabeza para llegar.
Diego Simeone: -Hubiera cambiado todos los partidos que jugué por los siete que hubieran significado una Copa del Mundo. Y quizá lo que no se me dio como jugador se me puede dar como entrenador.

Sportweek: -¿Qué sueños tenés como entrenador? ¿Volver a Italia, dirigir a la Selección Argentina?
Roberto Sensini: -El deseo es cumplir las expectativas que tiene hoy Estudiantes de La Plata. Ir mejorándome y hacer cosas importantes en el fútbol. Creo que tanto la carrera de jugador como la de técnico es la misma. Uno no se tiene que poner un límite. Tiene que tratar de ir mejorando día a día. De ser ambicioso, eso sí, porque es lo que te mueve a muchas cosas. Y sentirse seguro de lo que uno hace. Después hay circunstancias que te llevan a que en dos años estás dirigiendo el Milan o que pasan 20 años y por ahí no te dan la posibilidad. Hay que estar preparado para todo. Un entrenador sabe que depende de los resultados.
Diego Simeone: -Esto es paso a paso, no hay que adelantarse. Lo importante en este momento es hacer las cosas bien en River. Claro que me gustaría dirigir en Europa o a la Selección Argentina. Cuando era jugador sabía que la única manera de alcanzar los sueños era jugando bien. Como entrenador es lo mismo, haciendo las cosas bien y logrando objetivos.

jueves, 12 de junio de 2008

EL ESCENARIO VACÍO

ARTICULO PUBLICADO EN LA REVISTA UN CAÑO EN FEBRERO DE 2006


“GANARLE A DIOS LA ÚLTIMA PARTIDA”. ASÍ DEFINÍA EN UNA DE SUS POESÍAS EL TETRAPLÉJICO RAMÓN SANPEDRO (¿TE ACORDÁS DE LA PELÍCULA MAR ADENTRO?), SUS DESEOS DE MORIR LO MÁS PRONTO POSIBLE. NO QUERÍAMOS SILENCIAR EL TEMA DEL FÚTBOL Y SUS HISTORIAS DE SUICIDIOS, ALGUNAS MAL RELACIONADAS RECIENTEMENTE CUANDO SE CONOCIÓ EL HECHO QUE VINCULÓ A LOS HERMANOS LUX. ESTE ESPACIO NO ES DE CONCLUSIONES, APENAS DE EXPERIENCIAS Y REFLEXIONES.

En el fútbol, como en tantas cosas, la gloria suele ser efímera. Entre los acontecimientos trágicos que muchas veces quedan en el olvido están los suicidios. Ocho jugadores, algunos retirados, se quitaron la vida en la Argentina. Unos cuantos más lo intentaron.
Si bien no hay denominadores comunes, su reconstrucción acerca semejanzas, ya que, en la mayoría de los casos, asomaban indicios de trastornos importantes: tendencia a la depresión, fobias y angustias insinúan que cualquier circunstancia negativa podía desencadenar la fatalidad.
En general, los futbolistas no están preparados para defenderse de algunas adversidades relacionadas con la actividad profesional cómo una lesión importante, un pase frustrado o el retiro. Aunque no hay respuestas concluyentes para prevenir estas situaciones, se menciona la importancia de la contención familiar y la ayuda profesional para reducir riesgos. Se sabe que la mayoría de jóvenes no fueron formados para afrontar la vida lejos de la cancha. Un detalle se cuela en la estadística: cuatro de los futbolistas suicidas eran arqueros.
arqueros.

Osvaldo Rubén Toriani era un arquero regular, de estilo atajador, que se inició en Tigre, en 1958. Luego pasó a Independiente y conquistó dos campeonatos y la Copa Libertadores de 1964. También jugó en Newell´s Old Boys de Rosario, América de Colombia, Miami Toro´s Soccer Club de Estados Unidos y tuvo un fugaz paso por el fútbol canadiense.
Luego de retirarse, Toriani se radicó en Miami, dónde fue funcionario de Aerolíneas Argentinas y posteriormente se dedicó a organizar “tours” de grupos latinoamericanos en Estados Unidos.
Según sus allegados, el ex jugador sufría una crisis depresiva debido al fallecimiento de un pequeño hijo. El niño murió ahogado en la pileta de la casa del propio Toriani. Pedro Iso, ex presidente de Independiente, tuvo una relación muy cercana con Toriani, y cuenta que el arquero nunca pudo superar aquella muerte. “Eso lo sabíamos todos, aunque nada hacía pensar en un final así”.
Luego de la muerte de su hijo, Toriani se separó de su esposa. A partir de aquí su depresión se profundizó y se suicidó el sábado 24 de septiembre de 1988, en su casa, en la zona norte del gran Buenos Aires, inhalando gas tóxico.
Raúl Emilio Bernao, gloria de Independiente y compañero del arquero en las épocas de éxito deportivo, contó que días antes estuvo con él y no encontró nada extraño. “Fue algo inesperado, lo vimos todos muy contento porque se venía a vivir definitivamente a la Argentina”.

Alberto Vivalda fue un arquero rendidor en todos los equipos por los que pasó. Se destacó en Racing y Chacarita, aunque también pasó por River, Platense, Unión de Santa Fe y Ferro. En el exterior, jugó en Millonarios, de Colombia. Su suplente fue el legendario René Higuita. Vivalda, ya retirado, se suicidó el 4 de febrero de 1994 arrojándose a las vías del ferrocarril Mitre, en San Isidro. Sus amigos sospecharon en un principio que era un accidente. La familia siempre evitó el contacto con la prensa, incluso dio a conocer la noticia 14 días después, lo que ensombreció más todavía el hecho.
Cuentan que su vida quedó marcada por la muerte de su padre mientras jugaba en Colombia. Ni siquiera la ayuda terapéutica había mejorado su depresión.
Agustín Mario Cejas, también arquero, y compañero de Vivalda en Racing, dice haber visto muchos casos de suicidio en el interior de Brasil, dónde jugó varios años. “Hay cuestiones de las que nadie habla. Un día, el jugador se aleja del fútbol, se enfrenta al vacío y no sabe que hacer con su vida. Eso es lo que le pasó a Vivalda, me parece”, explica Cejas.
“La carrera de un jugador es corta y cuando se termina es necesario tener una contención para enfrentar ese final y replantearse la vida de otra manera. También le pasa a los chicos que recién empiezan. El apoyo de profesionales es imprescindible”, agrega el ex arquero y secretario técnico de Racing. Vivalda iba a cumplir 38 años, era padre de cuatro hijos y se había separado poco tiempo antes de su mujer Graciela.

En el mediodía del 22 de junio de 1984, el ex capitán de Boca Juniors, Rubén José Suñé, se tiró al vacío desde un séptimo piso. Más allá de que no pudo cumplir su propósito se fracturó ambas piernas, el brazo izquierdo, la mandíbula y tuvo politraumatismos de cráneo. Suñé llegó a ganar con Boca ocho campeonatos, dos Copas Libertadores y una Intercontinental, pero el hecho de abandonar la práctica del fútbol lo hizo caer en un profundo estado depresivo. El Chapa, como le dicen, no sabía que hacer luego de la “perdida” de su profesión de toda la vida. Cómo todo jugador retirado extrañaba el vestuario, los gritos de la hinchada y los momentos de gloria. Se sentía vacío y pensaba que sólo servía para el fútbol.
“Es importante una contención. Me operaron de la rodilla y a los 32 años no pude jugar más. Cuando me quisieron llevar a un psicólogo, no quise porque en esa época se consideraba que eso era para locos. Tal vez, si hubiera aceptado esa ayuda, no hubiera llegado a tomar esa decisión. Si yo hubiera estado sano tal vez hubiera jugado hasta los 40”, reflexiona hoy Suñé.


El dramático final de Luis Ibarra comenzó el domingo 20 de septiembre de 1998. El arquero tucumano estaba concentrado con el plantel de Tigre en el Hotel Los Dos Chinos, de la Capital Federal, a la espera del partido contra Atlanta, ese mismo día, en el que tenía reservado un lugar como suplente.
Pero imprevistamente y de madrugada, a eso de las 2, se retiró del hotel y se fue directamente hacia su departamento, el 4 “B” del edificio ubicado en Libertad 9, en Martínez, dónde residía junto a su familia. Resulta imposible saber lo que pasó por su cabeza durante esos 40 minutos de viaje.
Ibarra vivía con su esposa Yovana Vargas, de nacionalidad boliviana, y sus dos hijas que, por entonces, tenían uno y tres años.
El arquero sostuvo una fuerte discusión con su pareja, tras la cuál decidió llevar a sus dos hijas hasta la portería y dejárselas al encargado. La excusa fue que tenía que acompañar a su esposa a un centro asistencial porque se sentía mal. Eran las 4 de la mañana.
Ibarra regresó a su departamento y con su propio cinturón estranguló a su mujer. El cuerpo de Yovana quedó tendido en la cama matrimonial. Después de asesinarla, el arquero, subió los 10 pisos que tiene el edificio y se arrojó al vacío. Su cabeza se estrelló contra el pavimento y la muerte fue instantánea. En el lugar se encontró una carta con la firma de Lucho, en la que el futbolista pedía perdón. Los móviles del asesinato y posterior suicidio todavía se ignoran.
Quienes compartieron con él algún plantel, dicen que el futbolista sufría grandes bajones cuando no era titular y que tenía tendencia a la depresión. Otros testigos mencionaron que estaba muy mal porque hacía poco su mujer había perdido un embarazo. De hecho el técnico de Tigre en ese momento, Alberto Pascutti, lo autorizó a irse de la concentración por ese motivo. Pascutti, sin embargo, aporta otro dato. “Luis se había enterado por su madre, que su padre no era el biológico, y buscándolo se encontró con que su verdadero papá se había suicidado. Esto fue un mes antes de su muerte, le produjo una profunda angustia”.
Quienes lo conocieron recuerdan al jugador como una persona muy humilde y falta de afecto. “Además de tender a la depresión y de arrastrar problemas desde chico, Luis tomaba y se ponía muy agresivo con la mujer”, completa Pascutti.

Mirko Saric fue encontrado ahorcado el 4 de abril de 2000 por su mamá Ivana en una de las habitaciones de la planta alta de la casa que compartía junto a su familia en el barrio porteño de Flores. Tenía 21 años y un futuro extraordinario por delante. Era un gran jugador, muy querido en San Lorenzo y de una presencia física distinguida que incluso le valió recibir propuestas para modelar. Se suicidó ahorcándose con una sábana azul que ató a una barra de hierro. Minutos antes, su madre lo había despertado para que desayunaran juntos. La negativa de Mirko no le dio ninguna señal de que algo malo pasaba. Pero cuando lo fue a buscar se encontró con su hijo ya muerto. Según sus familiares, Saric estaba bajo tratamiento psicológico porque se sentía deprimido y decía que no quería vivir más. Mirna, su hermana, dijo públicamente en aquel momento que el psiquiatra lo había querido medicar pero que Mirko se negaba por el tema de los controles antidóping.
El volante de San Lorenzo también había dado indicios de que las cosas no andaban bien. “No le encuentro sentido a la vida”, dijo días antes en el club. Quienes lo conocieron dicen que tenía una personalidad frágil y que en sus últimos tiempos le costaba muchísimo sobrellevar cualquier dificultad porque todo lo ponía mal.
Para colmo, venía en una mala racha. Hacía poco más de tres meses que no jugaba porque se había roto los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda. Un año antes creyó ser padre de una criatura, fruto de una relación amorosa. Eso le había dicho la madre, pero las muestras de ADN confirmaron que no era suyo. "El pibe tenía dos meses y él se había encariñado mucho. La noticia lo mató", dijeron sus amigos.

Sergio Pedro Schulmeister había dado una señal de alarma. El 24 de septiembre de 2001, intentó quitarse la vida provocándose un corte en la yugular, en medio de una crisis depresiva. La llegada oportuna de su novia impidió la muerte. “Soy de agrandar los problemas y perdí la cabeza. Se hablaba mucho de una transferencia que al final no se dio y, encima, arrastro una lesión hace dos meses", dijo, no bien le dieron el alta médica. Luego de este hecho el arquero realizó un tratamiento psicológico durante algún tiempo, pero finalmente lo abandonó. Y en los meses previos al suicidio, según allegados, no recibía ningún tipo de asistencia.
Para sus compañeros, Schulmeister era una persona tímida e introvertida. Además, también tenía una fuerte tendencia a deprimirse.
El martes 4 de febrero de 2005, el joven arquero faltó sin aviso al entrenamiento en la cancha de Huracán. Era algo raro, ya que nunca había estado ausente en una práctica desde que había llegado al equipo, en julio de 2002. Ese día, los jugadores Darío Gigena y Pablo Monsalvo lo habían pasado a buscar por su departamento de Boedo. Pero nadie contestó los timbrazos.
Al finalizar la práctica, Monsalvo encaró directamente para lo de Schumi, cómo le decían en el plantel. Cuando llegó, se encontró con la dura noticia. A las 20 horas, un móvil de la Comisaría 10a se presentó en el departamento 7º B, de Colombres 893, por un aviso telefónico. Después de insistentes llamados, el personal policial derribó la puerta de entrada. En la cocina del inmueble se encontró el cadáver de Sergio, de 25 años, colgado del cuello con un cinturón de vestir. Trágica casualidad o no, el mismo día en que Vivalda había tomado idéntica decisión.

Para Nelly Giscafré, responsable del Departamento de Psicología Deportiva del Cenard, presidenta y fundadora de la Asociación Metropolitana de Psicología del Deporte y coautora del libro Mi hijo el campeón, “todo deportista de alto rendimiento está sometido a fuertes presiones. En la Argentina, el jugador de fútbol es un fenómeno aparte. Hay una sobreexposición. Cuánto más elevado el nivel de exigencia, el atleta rendirá mejor. Pero si no se equilibran las exigencias, la persona puede sufrir un defasaje en su cabeza y su corazón. Todos tenemos fluctuaciones, etapas de altas y bajas. Si un futbolista con características depresivas se encuentra atravesando una época de vacas flacas y no tiene recursos para sobrellevar esto, puede llegar al suicidio. Encima, en el fútbol el resultado no es lo más importante, es lo único".
“Lo más difícil para el jugador es darse cuenta de que no va a poder volver, de que no le da más el cuero para la cancha. Ahí es donde hay que actuar. El caso de los arqueros es especial. Este es alguien que haciendo un deporte de equipo, está sólo. Tiene una tensión diferente. Cuando un arquero se destaca, es como si fuera un iluminado. Quienes se suicidan tienen características específicas. Son personas muy exigentes consigo mismas, con baja tolerancia a la frustración y que si no rinden de la manera que ellos esperan, comienzan a odiarse a sí mismos. Por eso es importante estar atentos hacia posibles señales de disconformidad”.